PUNTO Y SEGUIDO
Ayer fue 21 de Diciembre de 2012 y todo el mundo
sabíamos que esa fecha, marcada con vital importancia por los mayas,
simbolizaba la llegada del Fin del Mundo, sin embargo, hoy es 22 de Diciembre
de 2012.
Durante siglos se han realizado, predicho y
anunciado miles y miles de profecías sobre el final de los tiempos, sobre
catástrofes que pondrían fin a la humanidad.
Una de las más famosas predicciones de la historia
es, como ya he dicho antes, la realizada por los mayas, y plasmada en su
calendario, el cual finalizaba el 21 de Diciembre de 2012. Pero ese calendario
no es el único lugar donde los mayas escribieron esa fecha, sino que también la
plasmaron en varias tablillas, paredes, e incluso en algún libro. Este
despliegue de información hizo que los expertos realizaran el segundo paso en
las profecías, su interpretación ya que al mismo tiempo que se realizaban miles
de profecías, se hicieron miles de interpretaciones y no sólo en los textos
mayas, sino también en textos sagrados como La Biblia e incluso en pinturas
bastante recientes como los cuadros de Pablo Picasso.
Y no sólo fueron los mayas los únicos “profetas” ya
que a lo largo de la historia han sido muchas las personas las que han
realizado predicciones sobre el futuro de la humanidad. Una de esas personas
fue el famoso Nostradamus, quien en sus
cientos de poemas realizó sorprendentes vaticinios del futuro. Pero al plasmar
sus supuestas predicciones en poemas, los expertos han interpretado sus versos
de diferentes maneras y en la realidad, es muy probable que sus poemas sean
simplemente eso, poemas en los que no se cuenta más que historias ficticias que
han llegado a nuestro tiempo como profecías reales, profecías sobre muertes de
personajes famosos, de acontecimientos importantes, y cómo no, del Fin del
Mundo. No obstante, sea cual sea la verdad sobre los poemas de Nostradamus, la
mayor parte de las interpretaciones que nosotros conocemos se han cumplido,
otra cosa son las que aún están por cumplir.
A pesar de lo sorprendente del resto de “profetas de
la historia”, el tema que nos importa y en el que nos debemos centrar es la
interpretación apocalíptica del calendario maya
en el que el día que finalizaba su calendario, 21 de Diciembre de 2012,
sería el día en el que el mundo se acabaría y con él, la vida humana. No
obstante, esa interpretación, como hemos podido comprobar, no era muy acertada
y por desgracia ha llevado a mucha gente a gastarse todos sus ahorros en un
búnker, se han construido auténticos edificios bajo tierra, gente que han
erigido “arcas de Noé” modernas para salvar la vida en la Tierra. Pero la
verdadera tragedia es que por culpa de dicha interpretación, muchas personas se
han suicidado y algunas de esas personas no habían cumplido ni los 18 años.
En la historia hay muchos hechos, escritos,
pinturas, etc. que se pueden interpretar de distintas maneras ya que, como se
suele decir, “la historia la escriben los vencedores” y muchas de esas
historias no son del todo ciertas. Pero para eso están las interpretaciones, ya
que los vencedores escriben y el pueblo interpreta la verdad. Aún así sólo se
suele escuchar la verdad de los campeones y la mayor parte de las veces esa
“realidad” esconde hechos e ideas ponzoñosos que afectan a la historia y a las
personas que la viven y la mala interpretación de esa “falsa verdad” puede
crear ideologías que a la larga perjudican a millones de personas, un ejemplo
es el comunismo ruso de Karl Marx provocado por la Revolución Industrial o el
Nazismo alemán provocado por la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial.
Aunque esas ideas son las más nombradas y las que más han afectado a la
historia de la humanidad también han existido culturas, como la maya, que
afectaron, directa o indirectamente, a la historia. Los mayas fueron grandes
astrónomos y unos privilegiados en el dominio del tiempo y precisamente por eso
sus escritos han sido interpretados de muchas maneras y se han realizado miles
de supuestas profecías, pero ninguna se ha cumplido. A pesar de eso, mucha
gente creía en esas profecías catastróficas y les llevaron a tales extremos
como el suicidio.
No se puede permitir que nada, ni ideales impuestos
ni profecías de culturas milenarias, cambie nuestra forma de pensar ni de
actuar. Durante años los actos de la gente han estado movidos por todo tipo de
cosas, desde la Inquisición española por la gran influencia de la Iglesia que
provocó miles de muertes, hasta conflictos que pusieron en pie de guerra al
planeta entero y que causaron millones y millones de muertes, sin olvidar las
profecías que han llevado al suicidio a jóvenes que tenían aún toda la vida por
delante.Todos esos ejemplos que he nombrado han tenido el mismo final, la
muerte de personas inocentes. Es verdad que muchas ideas afectan positivamente
a la gente pero esos ejemplos son muy pocos. Nada de la realidad nos debe de
cambiar, al revés, nosotros debemos cambiar la realidad pero a mejor. Durante
siglos la gente se ha preocupado más de luchar por la supremacía de unos pocos
a costa de la mayoría de la gente, que de mejorar la vida de la mayoría de la
gente sin importar el sexo, la raza o el poder económico. La gente se ha
ocupado más de predecir el Fin del Mundo que de hacer el presente un mundo
mejor. Hay vivir el presente y no el futuro, y mucho menos si es un futuro
apocalíptico. Es cierto que hay que pensar en nuestros sueños y en llegar a
vivirlos en un futuro pero para eso primero hay que vivir el presente y lo
segundo es seguir recto el camino de la vida, sin dejar que nada ni nadie nos
influencie para mal. Nadie sabe cuándo se va a acabar el mundo, ni siquiera si
se va a acabar y por tanto hay que vivir sin esas preocupaciones. Si hay que
pensar que el mundo se acaba no es para suicidarse, sino para vivir la vida
como si no existiera el mañana, hay que disfrutar de la vida, superarse cada
día y alcanzar todos nuestros objetivos. Ayer otra profecía fracasó y con ella
espero que la idea de confiar en las predicciones también haya fracasado y que
a partir de ahora las personas olviden la idea de que el mundo se va a acabar y
sólo crean en ellos mismos y en la idea de que la gente es quien debe cambiar
el mundo a mejor porque, al fin y al cabo, aún queda mucho que escribir en esta
historia llamada “vida”.
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