SANGRE POR
PETRÓLEO
Este mes se cumplen diez años del inicio de la Guerra de
Irak, un conflicto sin precedentes que comenzó en 2003 y que no finalizó hasta
hace apenas dos años. Este ataque fue realizado por una coalición de países que
actuaron tras haberse realizado inspecciones por parte de la ONU en Irak.
El principal
protagonista de esta coalición fue, sin ser ninguna sorpresa, Estados Unidos y su
Presidente George W. Bush quien para justificar la operación afirmó la
existencia de armas biológicas, químicas y nucleares en Irak. Así Estados
Unidos consiguió que toda una serie de países se aliaran con él, entre ellos
destacan Reino Unido, protagonista indiscutible en la mayor parte de conflictos,
y una inesperada y desagradable novedad: España.España, durante el Gobierno de Aznar, se había convertido en un país modélico para otras economías. Su rápido crecimiento económico, político y social le llevaron a convertirse, por un breve periodo de tiempo, en una de las ocho potencias más ricas y poderosas del mundo y todo ello causaron un aumento, sin motivos, del ego español. De esta forma no fue difícil convencer al Gobierno español de su participación en la Guerra de Irak. Esta implicación culmina con dos famosas fotos: Aznar y Bush en el rancho de este último donde el presidente español está en una posición bastante cómoda y en una actitud repulsivamente chulesca. La segunda se realizó en la Cumbre de las Azores (el 16 de marzo de 2003, cuatro días antes del inicio del ataque) donde se reunieron la tríada de protagonistas en la guerra: Bush (Estados Unidos), Tony Blair (Reino Unido) y Aznar (España). Fue allí donde, al margen de la ONU, declararon la guerra a Irak y en especial al líder que gobernaba ese país, Sadam Hussein.
Ahora bien, la realidad era otra muy distinta a la que los
gobernantes presentaban ya que nunca que se encontraron pruebas de la
existencia de dichas armas y la ONU aprobó en mayo de 2003 una resolución para
el gobierno de Irak y la explotación de los recursos petrolíferos a favor de
Estados Unidos y Reino Unido.
Esto nos lleva a hacernos una pregunta muy sencilla de
responder pero muy dura para hacerlo en las sociedades avanzadas y
democráticas: ¿Cuál fue el verdadero motivo de la invasión? Para los
protagonistas del ataque fue acabar con el terrorismo, liberar al pueblo iraquí
y eliminar las armas nucleares que poseía Irak. Actualmente eso no es muy fácil
de creer ya que es falso que Estados Unidos conociera realmente la existencia
de Armas. No creo que Reino Unido viera
un peligro real de Destrucción. Y finalmente,
dudo mucho que España quisiese prevenir la Masiva
alarma de ataque iraquí. El verdadero motivo está bastante claro y no es muy
complicado de adivinar debido a las actuaciones de la ONU y de Estados Unidos.
Pero ahora
no hay que preguntarse si de verdad fue el petróleo la causa de este conflicto,
en la actualidad debemos plantearnos dos preguntas derivadas de la guerra: ¿Se
puede confiar realmente en la palabra de los países democráticos? y ¿Mereció
realmente la guerra? La
respuesta de ambas está clara, teniendo en cuenta los motivos que llevaron al
inicio del conflicto (dinero y poder) y las
consecuencias de la guerra (billones de dólares invertidos en una guerra sin
sentido, casi un millón de fallecidos, muchos de ellos inocentes, abusos de los
derechos humanos, familias desplazadas de sus hogares, una guerra civil en
Irak, ataques terroristas de Al-Qaeda, etc.
Este trágico
suceso ha marcado la historia del mundo occidental y árabe llevando a la degradación
del ideal humano y menospreciando, con razón, la actuación de los países pacifistas. “La guerra ha acabado” no fue más que el inicio de un “Nuevo
Amanecer”, como lo llamaron los aliados, pero que en realidad se ha convertido
en la razón más fuerte para pensar que los países más humanizados son los más
propensos a la llamada de la guerra.
Estados Unidos y Reino Unido, países con un
mismo pasado, van a tener un mismo futuro pues ambos estados son los
protagonistas de las guerras más sangrientas, destructivas e infames que el ser
humano ha tenido la desgracia de provocar y padecer. No tiene sentido que ambos
países estén tan avanzados en materia democrática, en el desarrollo social y
político, y que en cuanto tienen la ocasión se involucren en conflictos de los
cuáles no tienen, o no deberían tener, ni voz ni voto pues causan graves daños
no sólo en los territorios donde actúan sino también en los suyo propios. Creen
tener la razón, creen llevar la libertad y lo único que consiguen es ganarse el
título de insensatos y privar de esa adorada libertad a los civiles que
presumen defender. Es curioso como ambos países, Estados Unidos y Reino Unido,
forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU, organismo que vela para
mantener la paz y seguridad mundial, y como dichos miembros son los países con
mayor potencial armamentístico del mundo. Todos vemos el contrasentido, lo más
sensato y racional sería que tras dos Guerras Mundiales y una Guerra Fría los
países protagonistas de todos esos conflictos y que saben lo sangrientas que
fueron deberían ser los primeros en dejar de invertir en armamento, o al menos
no iniciar una guerra contra las armas teniendo ellos el mayor número, pero
para ellos lo racional es lo contrario.
Ni las sucesivas guerras, ni las muertes sin justificación,
ni los derechos violados hacen que los países que en teoría luchan contra esas
mismas razones dejen de actuar causando nuevamente esas consecuencias. El ser
humano ha dejado de ser un animal racional para ser un simple animal guiado por
sus instintos: el dinero vence a la razón, el poder vence a la humanidad, la
democracia no vale nada frente al orgullo, y los derechos humanos pierden su significado
si se pone en juego el honor.
Llegará un momento que ya no se luche por petróleo, oro, agua
o aire, sino que los hombres entraran en conflicto para ver quién es el que
empieza antes a luchar, al fin y al cabo para el hombre lo coherente no es cultivar
el conocimiento o ayudar al prójimo sino usar el poco conocimiento que tiene para crear lo
más destructivo posible y así acabar con nuestro semejantes y muy probablemente
con nosotros mismos. Ahora bien, ¿quién será el próximo en tirar la piedra y
esconder la mano?
Al igual que te critique en el otro articulo tengo que felicitarte por este, veo que todavia existimos personas que criticamos por los abusos de los E.E.U.U. en vez de llevar su bandera en las camisetas
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